"La trata de seres humanos", dijo, "es lo mío", como si se tratara de una afinidad de postre o de una raza de perro favorita, la alcancia elegida para sus pensamientos caritativos o sus céntimos: ese era su tema proclamado de elección, lo suyo. El comentario me impactó: un poco aterrador, impersonal, estéril. ¿Un poco desinformada? Cada vez oímos hablar más, ¿verdad? Se habla cada vez más de no explotar la pobreza y la existencia desesperada de los demás para salvar nuestra propia conciencia. Para evitar "comprar nuestro camino" hacia un mundo más justo, echando monedas de conciencia en el bote de la caridad como una forma de hacer algo y luego seguir nuestro alegre camino, bastante aislados de las vidas reales, las personas y las realidades representadas. Al menos, he oído hablar mucho de esto últimamente.
Entonces, ¿cómo podemos ser humanos, seguidores de Cristo, en este mundo donde las capas de la llamada "seguridad", la distracción, la cultura consumista (incluso dentro de los muros de la iglesia) nos aíslan de las verdaderas condiciones climáticas a las que se enfrentan los pobres y los oprimidos, es decir, a las que se enfrentan aproximadamente la mitad de los seres humanos que trabajan en el planeta tierra hoy en día?
Bueno, no soy ningún experto, ningún gurú de la antropología que lo tenga todo pensado para compartirlo con los demás. Pero puedo compartir mi propia experiencia. Cuando oigo mencionar "suegros", pienso en los míos, en mi familia; "trabajo": pienso en lo que hago por trabajo; "¿inmigrantes ilegales?". - Pienso en un amigo hispano cuya historia y vida son complejas. Relaciones. Experiencia. Familiaridad. Estas son cosas que dan forma a mis pensamientos y percepciones Cuando oigo "maltratada" o "prostitución" o "superviviente a thriver", pienso en mis amigas de Bolivia empleadas en SutiSana. Pienso en Diedra*, en la sonrisa más grande que se me dibuja en la cara cuando la veo. En las abundantes risas que compartimos con sus hermosos nietos la última vez que estuve en su casa. De cómo ambas perdimos a nuestras madres demasiado pronto. De lo que preparó para cenar la última vez que comí con ella (y de lo buena cocinera que es). Pienso en su resistencia y en su fuerza, y en lo que me gustaría regalarle por Navidad.
Quizás pasar tiempo con una misión extranjera no sea una opción para todo el mundo (o quizás sí). Pero he descubierto que entablar relaciones con personas diferentes a mí suele serlo. Y esto ha tenido un efecto furtivo y sutil en mí: desmantelar la percepción de "diferente a mí" de la gente. Se ha comido las capas que me han separado de los pliegues de diferentes culturas, entornos socioeconómicos, etnias, estatus legal.
"Trata de seres humanos" puede ser una estadística, una definición o el destinatario de mi compasión o caridad. Pero Deidra, es mi hermana.
- Laura Straniero, Ex Defensora de WMFB US
Publicado originalmente el 28 de diciembre de 2015
*Nombre cambiado para respetar la privacidad.