![Aprender sobre la marcha](https://images.squarespace-cdn.com/content/v1/62bcff7bf95fd7547505f0f5/1715369363919-60LX4BADK0CC9XGPO5DI/comunidad%2B1.jpeg)
La labor misionera tiene sus altibajos en cuanto al aprendizaje de herramientas y trucos eficaces para el ministerio y la misión. Desde decir las cosas equivocadas hasta practicar prácticas misioneras ineficaces, definitivamente nos hemos quedado cortos. No es ninguna sorpresa que nos quedemos cortos, Romanos 3:23 nos dice "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". Nuestra humanidad es simplemente incapaz de ser perfecta, por eso nos esforzamos por señalar continuamente a Jesús, incluso en medio de errores y momentos extraños.
El aprendizaje forma parte de nuestra estructura.
El maravilloso personal de Bolivia trabaja directamente con mujeres que ejercen la prostitución. Este ministerio requiere largas horas, apoyo emocional y paciencia. Mientras oran y apoyan incansablemente a estas mujeres, es toda una experiencia de transformar vidas con la cabeza, el corazón y el alma. Un miembro del personal dice: "Nos adherimos a los más altos estándares profesionales, nos esforzamos por ser éticos en nuestras prácticas y buscamos seguir creciendo y aprendiendo."
El trabajo que hacemos en todo el mundo puede no resultar natural para todos los miembros de nuestro personal, y puede que no sea increíblemente fácil o exitoso en nuestro primer intento. Seguimos las directrices y las mejores prácticas a medida que aprendemos y crecemos. Esta es la belleza de una comunidad profunda y entrelazada entre campos de misión; aprendemos unos de otros mientras el Espíritu nos guía y nos dirige. Cuando un grupo tiene dificultades, utilizamos los dones, conocimientos y recursos de otro para ayudar a levantarlo y continuar nuestra misión.
Como nos enseñan las Escrituras en Efesios 4:2, debemos vivir siendo "completamente humildes y mansos". Cualquiera que sea el ministerio al que el Señor nos haya dirigido, nuestras prioridades de humildad, mansedumbre, paciencia y aprendizaje siempre deben pesar más que nuestros corazones orgullosos tratando de cambiar una cultura o forma de vida.
Las misiones requieren tiempo, relaciones, intencionalidad y un progreso lento.
Nuestra oración por cada persona implicada en nuestra misión es que se tome momentos de sencillez y humildad para aprender. Para los que están sobre el terreno, o para los que sólo apoyan desde lejos, esforcémonos hoy simplemente por aprender, crecer y dejarnos mover por el Espíritu.
- Adaptado de una entrevista con Kara Chambers,Coordinadora del Programa de Mujeres