En la ciudad de El Alto se reconoce legalmente que los contenidos pornográficos alimentan la violencia, la discriminación de género y refuerzan los estereotipos nocivos contra las mujeres. Sin embargo, poner en práctica esta ley parece un reto insuperable.
Esta no es solo una preocupación de Project Suma; muchas organizaciones e investigadores están alarmados por el impacto de la pornografía. Lim et al. (2017)¹ sugieren que la enseñanza sobre los efectos, debería formar parte del plan de estudios de educación sexual. Descubrieron que el consumo de pornografía puede influir en el comportamiento, haciéndose eco de hallazgos como los de Bridges et al. (2016)², que relacionan la pornografía con el deseo de imitar lo que se ve.
Pero, ¿por qué el consumo individual de pornografía sería un problema para la sociedad Boliviana? Algunos argumentan que es un asunto privado, pero la exposición temprana, junto con la falta de educación formal sobre el tema, puede moldear las opiniones de las mentes jóvenes sobre el sexo. Basándonos en las ideas de los sociólogos Gagnon y Simon (1973/2017)³, la pornografía establece un guión sobre cómo vemos el sexo y las relaciones.
La pornografía también puede retratar a las mujeres como mero objeto sexual, alimentando un sistema que las devalúa y refuerza el estigma social más amplio de que las mujeres son inferiores a los hombres.
Acerca de nuestro estudio en 2023
Durante el 2023, Project Suma realizó un estudio con los adolescentes, hijos de mujeres sobrevivientes de explotación sexual. Descubrimos que la educación formal apenas toca la superficie cuando se trata de sexualidad. En su lugar, se centra en los sistemas reproductivos, la prevención del embarazo y las ETS, ignorando temas como el consentimiento y la salud emocional.
Para muchos de estos adolescentes, la escuela no fue su primer contacto con el sexo; ya conocían lo básico por sus compañeros. Y cerca de la mitad había visto pornografía por curiosidad a los 12 años. Los entrevistados declararon que sintieron asco, vergüenza y/o miedo cuando se enteraron de que se iban a tratar temas de sexualidad en clases. Pero ninguno de ellos dijo haber tenido oportunidades de aclarar dudas en casa, debido a la inestabilidad y la violencia que sufren sus familias.
Estos resultados plantean interrogantes sobre la suficiencia de nuestro sistema educativo. Pero no sólo queremos mejorar los planes de estudios, sino crear entornos en los que los niños se sientan seguros para hacer preguntas y debatir temas delicados. Y está claro que nos estamos quedando cortos en ese frente.
- Joel Astorga, voluntario del Project Suma y embajador de la campaña "No seas parte de la demanda"
1. LIM, Megan, S.C.; AGIUS, Paul A.; CARROTTE, Elise R.; VELLA, Alyce M.; HELLARD, Margaret E. (2017). Uso de pornografía por jóvenes australianos y asociaciones con comportamientos sexuales de riesgo. Revista australiana y neozelandesa de salud pública. VOL. 41. NO.4. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/1753-6405.12678
2. BRIDGES, Ana J.; SUN, Chyng F.; EZZELL, Matthew B.; JOHNSON, Jennifer. (2016). Sexual Scripts and the Sexual Behavior of Men and Women Who Use Pornography. Sexualization, Media, & Society. Volume 2, Issue 4. https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/2374623816668275
3. GAGNON, John H.; SIMON, William. (1973/2017). Conducta sexual: las fuentes sociales de la sexualidad humana. Nueva York, Estados Unidos: Routledge.